A mediados de agosto, vimos por TV la brutal y sangrienta represión militar en las calles de Egipto. Así el ejército endureció aún más el golpe militar iniciado el 3 de julio, causando miles de nuevas víctimas. La situación en Egipto ha provocado mucho debate, tanto dentro como fuera del país. Algunas voces han salido en defensa de los Hermanos Musulmanes y otras (muchas más) a favor de los generales.
En este artículo, David Karvala pone la situación actual en el contexto de la revolución vivida hasta ahora, con todas sus contradicciones. Argumenta que aún quedan esperanzas para la revolución y que existe una alternativa tanto a la brutalidad militar, como al desastroso mandato de Morsi; una alternativa por la que lucha la izquierda revolucionaria egipcia.
La revolución egipcia es producto de un largo proceso que se inició en el año 2000, con manifestaciones en Tahrir en solidaridad con Palestina, seguidas por protestas contra la guerra en Irak y a favor de la democracia, y más tarde por explosivas luchas obreras.1 Mientras, la Conferencia del Cairo se convirtió en un importante lugar de reunión, debate y movilización para los movimientos sociales y políticos egipcios, incluyendo a su impulsor, el Grupo Socialista Revolucionario (GSR); los naseristas; los Hermanos Musulmanes (HHMM)…
Todo este proceso desembocó en el inicio de la revolución, en plaza Tahrir, el 25 de enero de 2011. Ante las movilizaciones sociales, y sobre todo el crecimiento de las luchas obreras, los generales decidieron sacrificar al dictador Mubarak, el 11 de febrero. Seguir leyendo →
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